Por. Óscar Álvarez Araya/ Tomado del diario La Nación (Costa Rica)
Académico de la Universidad Nacional de Costa Rica.
www.nacion.com
"...es creciente el papel de la Iglesia católica, de la
masonería, de organizaciones de la sociedad civil y de las redes
sociales como nuevos actores de la Cuba del siglo XXI. Algunos estudios
de opinión realizados recientemente por el Centro de Estudios
Latinoamericano (CESLA), de la Universidad de Varsovia, han descubierto
una brecha generacional en la Isla..."
Académico de la Universidad Nacional de Costa Rica.
www.nacion.com
Existen una serie de factores que nos inclinan a pensar
que una apertura democrática es posible en Cuba, más tarde o más
temprano.
Las tendencias hacia la mundialización, la
interdependencia y la globalización van a entrar en Cuba minando el
poder y la hegemonía de los hermanos Castro. Asimismo, la tendencia
mundial a considerar la democracia como el sistema de gobierno y de vida
más legítimo va a llegar algún día a la Isla. También, la tendencia
mundial hacia las economías de mercado que, en su momento, ingresó a la
extinta Unión Soviética, a los países del Pacto de Varsovia e, incluso, a
China y Viet Nam.
Procesos como la caída del Muro
de Berlín, la disolución de la Unión Soviética y las revoluciones
democráticas en la Europa Central y del Este demostraron que el cambio
desde sistemas marxistas-leninistas de partido único hacia sistemas
democráticos son posibles cuando la voluntad popular se define por ese
camino.
Tercera ola de la democracia.
La llamada “tercera ola de la democracia” llegó a todos los países de
la América Latina y al Caribe a partir del 1978, con la sola excepción
de Cuba, pero es razonable suponer que un país relativamente pequeño y
con una economía modesta, que subsistió primero con el patrocinio de la
Unión Soviética y luego con la subvención de Venezuela –la cual tiende a
debilitarse–, se unirá tardíamente a esa tercera ola.
Dentro de la Isla es creciente el papel de la Iglesia católica, de la
masonería, de organizaciones de la sociedad civil y de las redes
sociales como nuevos actores de la Cuba del siglo XXI. Algunos estudios
de opinión realizados recientemente por el Centro de Estudios
Latinoamericano (CESLA), de la Universidad de Varsovia, han descubierto
una brecha generacional en la Isla, según la cual los jóvenes se
manifiestan individualistas, desencantados con el régimen, sin interés
en los ideales revolucionarios que encarna el Partido Comunista, y con
una posición reclamatoria frente al statu quo. Esos jóvenes generalmente
aspiran a viajar y a salir de Cuba para buscar nuevos horizontes.
Mientras tanto, la clase política cubana no muestra, de ninguna manera,
inclinaciones hacia los valores o creencias de la democracia, aunque
algunos de sus integrantes sí tienen una tímida inclinación hacia ideas
de apertura económica semejantes a las que se ensayaron en países
socialistas como China y Vietnam.
La socióloga
polaca Ewelina Biczynska realizó recientemente un estudio de opinión
entre los cubanos emigrados a los Estados Unidos, y nos informa de que,
ante la pregunta de por qué salieron de la Isla, un 89% dicen que “para
buscar la libertad”. Y luego, cuando se les preguntó sobre el tipo de
libertad que buscaban, un 38% dijo que la “libertad espiritual”; un
30%, la “libertad moral”; un 24%, la “libertad en general”; un 20%, la
“libertad económica”; un 12%, la “libertad política”; un 11%, la
“libertad intelectual”… y así sucesivamente. En resumen, no fue el
factor económico, sino la libertad, el motivo principal por el cual
salieron de Cuba.
El tema de la libertad está cada
vez más fuertemente arraigado no solo en los emigrados, sino en las
nuevas generaciones de cubanos que, en general, ya no parecen
identificarse con la ideología marxista-leninista y castrista, que es la
dominante, sino con valores y modos de vida más centrados en la
libertad del individuo.
Los sueños de libertad y
democracia de los próceres cubanos como José Martí y Antonio Maceo, que
hoy son las banderas de la disidencia democrática cubana, constituyen
elementos de presión hacia una apertura democrática que, más tarde o más
temprano, tocará las puertas de la Isla. ¿Quo vadis, Cuba? Algún día,
hacia la libertad, la tolerancia y la democracia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario