lunes, 19 de diciembre de 2016

de Hypermedia Magazine: PosCuba by Katarzyna Dembicz

(Tomado de PosCuba: lo imponderable de la transformación insular, Hypermedia, 2016)
¿Se podría justificar la comparación de la Cuba actual con la Polonia de la época de la transformación de los años noventa del siglo XX? Tal pregunta la formulé pensando en escribir sobre los cambios que está viviendo Cuba y su sociedad actualmente. A pesar que varios de mis colegas investigadores opinaron que no tiene explicación, ni razón tal procedimiento, pienso que plantearla es muy necesario. El objetivo no es indicar diferencias o similitudes entre ambas realidades y procesos. Aunque estas existan. El propósito de tal pregunta era poder analizar, profundizar y ampliar la reflexión sobre los cambios que se están dando en la Isla en el nuevo milenio a partir de las experiencias vividas por los polacos en los años noventa del siglo XX, reunidas en las investigaciones científicas.
Las comparaciones, sin embargo, son inevitables. Por ejemplo, en el caso cubano como en el de Europa del Este, las causas primordiales de la transformación fueron la mala gestión económica. A este factor es necesario añadir la falta de legitimidad de los gobiernos de los países europeos del bloque socialista, que en Cuba se mantiene, aunque debilitada por el retiro de la vida política del carismático líder Fidel Castro (y ahora su ausencia física).
Aunque los orígenes de los sistemas de Polonia y Cuba fueron diferentes, sus características los llevaron a denominar de la misma forma: “real socialismo” o “comunismo”. En el primer caso, el sistema (vigente entre los años 1945-1989) fue impuesto con fuerza desde las cúpulas políticas internacionales, como resultado de acuerdos pos segunda guerra mundial. En el segundo, es efecto de decisiones internas, resultado de una lucha armada contra un régimen dictatorial.
Sin embargo, en ambos casos, la introducción y la puesta en marcha de tal sistema ha contribuido a la profunda modificación de los procesos de modernización, cambiando las prioridades del desarrollo de ambos países. Sus principales características eran: una forzada industrialización, el avance de los segmentos bajos de la estructura social, la eliminación de las disparidades producidas por una economía de mercado y la aparición de contrastes específicos para este sistema. El “socialismo real” se caracterizó de una centralización y estatalización de todas las esferas de la vida, falta de libertades en la vida pública, un pleno control del Estado sobre las instituciones de la sociedad civil y falta de reglas de mercado en la economía.
En el caso polaco el descontento social, la existencia de una dicotomía ideológica y de sistema de valores, un ineficiente y endeudado sistema económico han llevado a una transformación sistémica, del socialismo real a un “real capitalismo” y una “real democracia”.