jueves, 27 de diciembre de 2012

"Crónicas de viaje en bicicleta" parte. 9, 1 de abril de 2012 (de La Lanza a Jagüey Grande)



autor: W.Osiński, O.Barboza

Pues sí, nosotros que apenas terminábamos de alistar nuestras camas para lograr el descanso, oímos el primer grito que se repetía continuamente y era el de una de estas aves que rodeaban la casa del los Guajiros. Después de un corto sueño, de unas 2 horas, nos despertamos y ya sabíamos que estábamos en el campo cuando las vacas eran arriadas por el guajiro para el ordeño. Así se levantan los guajiros en Cuba, si señores, con los gallos cacareando, con el  ladrar de los perros, con el cacarear de los pavos, el mugido de las vacas y tronar de los cerdos. Afortunadamente, no había ningún zumbido de mosquitos. 

Fot. 1. Interior de un bohio cubano
 Aunque el 01 de abril se celebra el día de las bromas en Polonia, ninguno de nosotros se percato de ello, ya que nos encontrábamos tan fascinados por la realidad que nos rodeaba que íbamos compenetrándonos solo en las vivencias del día a día. Hasta que en el verdadero campo cubano nos despertaron sus  gallos, que  inician el  cantar antes de las 5 AM y nosotros estábamos después de un día bastante ajetreado y una noche con una experiencia culinaria (desplume de pollos),  deportes extremos como el domino en parejas bajo las estrellas del campo. 





Fot. 2. Consiguiendo leche fresca
Pronto Ewelina pudo practicar lo que el guajiro le había explicado. Allí mismo tomó en el rancho de ordeño “la vaca por los cuernos”, amarro las pantorrillas del inmenso animal, se sentó en el banco y poco a poco fue extrayendo el elixir blanco y espumoso, que luego combinamos con el buen café cubano, y que disfrutamos  en el desayuno, cremoso y espumoso de una dimensión única mucho mejor que de cualquier maquina de capuccino de la famosa calle varsoviense Nowy Swiat.

Acompañando a nuestros anfitriones en las actividades diarias sin duda contribuyó a que la familia tuviese una mayor apertura. Esa mañana tuvimos la oportunidad de realizar las labores matutinas del campo cubano y compartiendo con la familia guajira. Pasamos un par de horas hablando con nuestro anfitrión y su hermano, admirando el triciclo que se diseñó y construyó,  vehículo que se destaca como esencial en el funcionamiento de la granja, con el propósito de transportar la leche y la carne.
Fot. 4. Probando el tricico en a Lanza, de invención propia
En Cuba, según nos cuentas los agricultores, ellos se ven obligados a vender la carne al estado, aun en el caso de la muerte del ganado. El comercio de carne de res por parte de sus productores está estrictamente prohibido y penado por ley desde hace varios años y pueden ser hasta condenados a prisión por su comercialización. Por esta razón, el mercado negro de carne de res es muy floreciente, pero es muy reservado a la vez. Claro esta que muchas de estas medidas en algunos países obedecen a tratar de regular el comercio informal de carne por asuntos de salud publica. La pregunta es: ¿por que la de cerdo no se regula? Durante nuestro viaje varias veces pudimos escuchar relatos al respecto.

Fot. 5. Nosotros en el campo cubano
Pronto nos despedimos y agradecimos la hospitalidad de nuestros anfitriones, esperanzados de que sus condiciones mejoren día a día… Emprendimos el viaje para Jaguey Grande retomando la autopista para cortar el camino. Este trayecto había sido un verdadero reto para nuestros cuerpos y nuestras bicicletas. Pero sobrevivimos, solo Mónica recibió el honor de cambiar su llanta trasera bajo el sol de la ardiente autopista, afortunadamente único pinchonazo de la totalidad del recorrido, lo que nosotros consideramos como un gran éxito, ya que en total eran 18 días en bicicleta, y más de 700 kilometros recorridos por siete personas en catorce ruedas.

A lo largo de la autopista podíamos ver huertos de cítricos (muchos abandonados) – de limón y naranja que fueron cultivados intensamente en los años 70 y 80. Pero con la crisis de los años 90, todas estas áreas fueron  intensamente afectadas. 
Fot. 5.Citricos a lo largo de la autopista
 Algunas de las empresas procesadoras de frutas, así como azúcar (como Australia - que aparecen en el tablón de anuncios) se cerraron por la escasa demanda o prácticamente nula venta internacional de los productos. Por lo tanto  la población se vio obligada a emigrar a otras áreas del país y fue afectada por un alto nivel de desempleo. Hoy en día, la tierra se recupera, en lugar de los árboles de cítricos se plantan a menudo mango y guayaba, y poco a poco los nuevos socios comerciales de Cuba comparan los productos que se producen o como en el caso de Brasil reactivan las  centrales azucareras.

Fot. A la antigua central azucarera "Australia" nos quedaba en aquel momento solo 33 km.

En el lado opuesto de la carretera por la cual nos dirigíamos hacia Jaguey Grande se extendía a nuestra vista el  mayor humedal del área del Caribe, actualmente declarado Reserva de la Biosfera conocido como  Ciénaga de Zapata.
Fot. 7, La frontera de Cienaga de Zapata

Durante los últimos kilómetros antes de llegar a Jagüey Grande hemos tenido que viajar a un ritmo mucho más rápido y bajo mucha presión, ya que a nuestras espaldas poco a poco se acercaba una  tormenta eléctrica, cargada de lluvia casi huracanada, solo como se pueden apreciar en el Caribe. La providencia velaba por nosotros de nuevo, porque el agua del cielo azul oscuro tardo en derramar su gran potencial de agua exactamente 2 segundos después de que los últimos miembros de nuestras columnas llegaran a guarecerse bajo el techo de la gasolinera encontrada al borde de  la carretera exactamente en la entrada de Jagüey Grande.

Teníamos la esperanza de encontrar entre más 100 mil habitantes y después de más de 20 años de no tener ningún contacto, al gran amigo  de Kasia - tío Pedro. Para todos era casi imposible creer lo que rápidamente sucedió. Después de una hora, allí mismo en la gasolinera lo contactamos. Llegó y nos recogió, montó algunas de nuestras maletas en su viejo Lada y nos llevó a su casa. Nos dio refugio durante toda la noche. Dormimos y comimos como reyes, y su casa obviamente se transformó rápidamente en nuestro refugio.

El encuentro con Pedro fue muy importante para  todo el grupo, ya que durante varias horas pudimos conversar con un fiel creyente en los ideales de la revolución que además era un ejemplo de servicio a su patria, a la revolución, a Fidel, y a la familia. Realmente el hombre que  descubrimos en Pedro y que se presentaba  delante de nosotros, era  una manifestación real y fehaciente de la existencia de mucha gente como él - que viven, creen y sostienen que la revolución cubana no fue en vano, si no, que aún continúa construyendo una realidad y un ser diferente con unos valores del  mundo diferentes.