martes, 8 de mayo de 2012

Crónicas de viaje en bicicleta, Capítulo 2 (25 de marzo 2012, de La Habana a Guanajay, por San Antonio de los Baños)


Por: Katarzyna Dembicz, Wojciech Osiński y Óscar Barboza

Carretera a San Antonio de los Baños (autor: W.Doroszewicz)
Hemos salido de la Habana hacia San Antonio de los Baños, guiados por nuestro amigo, el cual durante muchos años vivió en Polonia. La salida de la ciudad nos pareció bastante complicada, aunque por las calles circulaban pocos automóviles. El paisaje urbano cambiaba cada rato, y pudimos verificar las crecientes desigualdades espaciales y sociales que sufre esta ciudad. Cada vez mas visibles se hacen los barrios marginados que otros llamarían villas miserias.


Salida de la Havana. (Autor O. Barboza)
Por fin cogimos la autopista, que nos pareció excepcional, por vacía que era y bien mantenida (tal vez por la cantidad de automóviles circulantes). La relación del ancho de la calzada al número de carros es fantástica! Con nuestras bicicletas pudimos circular por todo su ancho, y de vez en cuando tomar el lado derecho de la carretera para hacer pasar un chevi o buick de antes de la revolución. Los carros en Cuba es un  tema totalmente aparte. Pero  de pronto en ese viaje en el tiempo, aparece un Audi moderno,  un Mercedes Benz de lujo o un Volkswagen golf, sorprendiéndonos y creando un contraste entre el pasado el presente y el futuro que llega poco a poco…









Entrada  a las granjas (autor. O. Barboza)
El paisaje rural por el camino cambiaba cada instante: pastos abandonados, tierras cubiertas de marabú (una especie de origen africano, que invade el campo en Cuba y es muy difícil deshacerse de ella) y una gran cantidad de pequeñas granjas agrícolas bien mantenidas que abastecen las sociedades locales y la ciudad de La Habana con verduras, frutas, carne de puerco y aves.
Cultivos organopónicos (autor: K.D)
Estas granjas llamadas  organopónicas, utilizan  una estrategia de combinar la agricultura orgánica con el método de agricultura hidropónica, tratando de resolver lo pobre del suelo en nutrientes y aprovechar los espacios para una producción de vegetales frescos.
Se nota que la población está aprovechando las nuevas condiciones económicas y creando  espacios, con actividades que le generen mejores ingresos. A lo largo de las calles la cantidad de puestos de venta de verdura era asombrosa y uno no pudo huir de la comparación de esta imagen con la de Polonia de la mitad de los ochentas del siglo XX.

Monumento a los soldados soviéticos caídos (autor: M. Świetlik)
De repente la carretera se hizo muy ancha y a nuestra izquierda nos encontramos un enorme monumento en memoria a los soldados soviéticos caídos. La curiosidad de verlo y hablar con los guardias nos hizo parar. Uno de ellos nos contó sobre la historia de estas personas - militares de una cercana  base que funcionaba hasta los noventa - que murieron en diferentes circunstancias, algunos por mal aterrizaje, otros por dispararse después de haber tomado. La población local a menudo intercambiaba productos con ellos, muchas veces zapatos por alcohol.
Hablamos bastante y lo que más le preocupaba a nuestro interlocutor era el bajo salario (200 pesos + 10 CUC si no faltaba ni un día en el trabajo durante el mes) que no alcanzaba para vivir, por eso su tiempo libre lo dedicaba a reparar zapatos en su casa, artesanalmente, su oficio principal era el de hacer zapatos, también comentó mucho el ineficaz transporte que le afectaba diariamente la ida y regreso a casa, pero que gracias a la “guagua” de la escuela de Ciencias de la Informática resolvió el llegar temprano a su trabajo.   Durante nuestro viaje estos dos temas seguirán repitiéndose.

Entrada a San Antonio de los Baños ( Autor. O. Barboza)
La tarde del domingo 25 de marzo la pasamos en San Antonio. Las calles calentadas por el ardor del sol  se llenaron de sonidos procedentes de las televisiones encendidas de las pequeñas casas con las ventanas abiertas, por las cuales pudimos admirar la vida cotidiana de una ciudad cubana.
Los niños jugando, sin embargo el resto parecía estar dormido. Una joven preguntada como vive en un sitio así, respondió: La vida muy tranquila”. Esta declaración a menudo aparecerá en la boca de los cubanos que viven en pequeñas ciudades. 


Pasadas las 6 de la tarde seguimos nuestro viaje. Antes de caer el sol pudimos admirar los contrastes entre el rojizo de la tierra y el verde de los cultivo.


En ruta para Guanajay (autor.O Barboza)
A Guanajay llegamos después del anochecer. El empleado de la gasolinera (un poco bebido) nos indicó perfectamente donde encontraríamos un lugar para dormir. Estábamos bastante cansados (61 km hechos, en sol y con bastante calor) y no nos dimos cuenta que los cuartos (llenos de espejos - hasta en el techo) donde nos hospedamos servían también para encuentro de parejas que necesitaban un poco de privacidad. Como buenos investigadores dejamos las cosas y nos dirigimos a profundizar nuestro conocimiento sobre la vida cotidiana de esta localidad. Resultó bastante sorprendente encontrar en la plaza central de la ciudad, jóvenes pertenecientes a distintos grupos religiosos, así como muchos templos de diferentes ordenes a su alrededor, Masones, Caballeros de la Luz, Orfebres, Las  hijas de la Acacia, Católicos y protestantes.  Pero sobre esta cuestión se hablará aparte....


En ruta para Guanajay (autor: Z. Malanowska)
En esta primera travesía comprendimos que realmente el viaje en bicicleta, iba a ser muy seguro, y podríamos olvidar durante los días siguientes la inseguridad que causan las asimetrías de occidente, donde en muchos países de América, “asesinan  para  robar una bicicleta”.

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