Por: Katarzyna Dembicz, Wojciech Osiński y Óscar Barboza
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Carretera a San Antonio de los Baños (autor: W.Doroszewicz) |
Hemos salido de la Habana
hacia San Antonio de los Baños, guiados por nuestro amigo, el cual durante
muchos años vivió en Polonia. La salida de la ciudad nos pareció bastante
complicada, aunque por las calles circulaban pocos automóviles. El paisaje
urbano cambiaba cada rato, y pudimos verificar las crecientes desigualdades
espaciales y sociales que sufre esta ciudad. Cada vez mas visibles se hacen los
barrios marginados que otros llamarían villas miserias.
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Salida de la Havana. (Autor O. Barboza) |
Por fin cogimos la
autopista, que nos pareció excepcional, por vacía que era y bien mantenida (tal
vez por la cantidad de automóviles circulantes). La relación del ancho de la
calzada al número de carros es fantástica! Con nuestras bicicletas pudimos
circular por todo su ancho, y de vez en cuando tomar el lado derecho de la
carretera para hacer pasar un chevi o buick de antes de la revolución. Los
carros en Cuba es un tema totalmente
aparte. Pero de pronto en ese viaje en el tiempo, aparece
un Audi moderno, un Mercedes Benz de
lujo o un Volkswagen golf, sorprendiéndonos y creando un contraste entre el
pasado el presente y el futuro que llega poco a poco…
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Entrada a las granjas (autor. O. Barboza) |
El paisaje rural por el
camino cambiaba cada instante: pastos abandonados, tierras cubiertas de marabú
(una especie de origen africano, que invade el campo en Cuba y es muy difícil
deshacerse de ella) y una gran cantidad de pequeñas granjas agrícolas bien
mantenidas que abastecen las sociedades locales y la ciudad de La Habana con
verduras, frutas, carne de puerco y aves.
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Cultivos organopónicos (autor: K.D) |
Estas granjas
llamadas organopónicas, utilizan una estrategia de combinar la agricultura
orgánica con el método de agricultura hidropónica, tratando de resolver lo
pobre del suelo en nutrientes y aprovechar los espacios para una producción de vegetales frescos.
Se nota que la población
está aprovechando las nuevas condiciones económicas y creando espacios, con actividades que le generen
mejores ingresos. A lo largo de las calles la cantidad de puestos de venta de
verdura era asombrosa y uno no pudo huir de la comparación de esta imagen con
la de Polonia de la mitad de los ochentas del siglo XX.
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Monumento a los soldados soviéticos caídos (autor: M. Świetlik) |
De repente la carretera
se hizo muy ancha y a nuestra izquierda nos encontramos un enorme monumento en
memoria a los soldados soviéticos caídos. La curiosidad de verlo y hablar con
los guardias nos hizo parar. Uno de ellos nos contó sobre la historia de estas
personas - militares de una cercana base
que funcionaba hasta los noventa - que murieron en diferentes circunstancias,
algunos por mal aterrizaje, otros por dispararse después de haber tomado. La
población local a menudo intercambiaba productos con ellos, muchas veces
zapatos por alcohol.
Hablamos bastante y lo
que más le preocupaba a nuestro interlocutor era el bajo salario (200 pesos +
10 CUC si no faltaba ni un día en el trabajo durante el mes) que no alcanzaba para
vivir, por eso su tiempo libre lo dedicaba a reparar zapatos en su casa,
artesanalmente, su oficio principal era el de hacer zapatos, también comentó
mucho el ineficaz transporte que le afectaba diariamente la ida y regreso a
casa, pero que gracias a la “guagua” de la escuela de Ciencias de la
Informática resolvió el llegar temprano a su trabajo. Durante nuestro viaje estos dos temas seguirán
repitiéndose.
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Entrada a San Antonio de los Baños ( Autor. O. Barboza) |
La tarde del domingo 25
de marzo la pasamos en San Antonio. Las calles calentadas por el ardor del
sol se llenaron de sonidos procedentes
de las televisiones encendidas de las pequeñas casas con las ventanas abiertas,
por las cuales pudimos admirar la vida cotidiana de una ciudad cubana.
Los niños jugando, sin
embargo el resto parecía estar dormido. Una joven preguntada como vive en un
sitio así, respondió: La vida muy tranquila”. Esta declaración a menudo
aparecerá en la boca de los cubanos que viven en pequeñas ciudades.
Pasadas las 6 de la tarde
seguimos nuestro viaje. Antes de caer el sol pudimos admirar los contrastes
entre el rojizo de la tierra y el verde de los cultivo.
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En ruta para Guanajay (autor.O Barboza) |
A Guanajay llegamos
después del anochecer. El empleado de la gasolinera (un poco bebido) nos indicó
perfectamente donde encontraríamos un lugar para dormir. Estábamos bastante
cansados (61 km hechos, en sol y con bastante calor) y no nos dimos cuenta que
los cuartos (llenos de espejos - hasta en el techo) donde nos hospedamos
servían también para encuentro de parejas que necesitaban un poco de
privacidad. Como buenos investigadores dejamos las cosas y nos dirigimos a
profundizar nuestro conocimiento sobre la vida cotidiana de esta localidad.
Resultó bastante sorprendente encontrar en la plaza central de la ciudad, jóvenes
pertenecientes a distintos grupos religiosos, así como muchos templos de
diferentes ordenes a su alrededor, Masones, Caballeros de la Luz, Orfebres,
Las hijas de la Acacia, Católicos y
protestantes. Pero sobre esta cuestión
se hablará aparte....
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En ruta para Guanajay (autor: Z.
Malanowska) |
En esta primera travesía
comprendimos que realmente el viaje en bicicleta, iba a ser muy seguro, y
podríamos olvidar durante los días siguientes la inseguridad que causan las
asimetrías de occidente, donde en muchos países de América, “asesinan para robar una bicicleta”.
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