De
las Noches de Luna Nicoyana y New Yorkinas para entrar por Baracoa: Apóstol
Martí a 160 años de su natalicio. Las enseñanzas patrióticas, libertarias y
fraternales siempre caminan por Nuestra América*.
Por. Óscar Barboza Lizano
Latinoamericanista
Pensamiento Centroamericano
COME-UW.
Por. Óscar Barboza Lizano
Latinoamericanista
Pensamiento Centroamericano
COME-UW.
La
Guerra por la Independencia de Cuba inmortalizó a dos pensadores que van
ha marcar no solo la historia de Cuba sino, la de toda América Latina, estos
fueron José Martí y Antonio Maceo. Como era característico de los intelectuales
liberales de finales del siglo XIX, estos pertenecían a la fraternidad universal que
se encontraban en toda la América Latina. Las mismas promovían los ideales de
fraternidad, igualdad y libertad, los cuales serán los
derroteros del pensamiento que inspiró a estos dos cubanos, miembros de la
Orden de Francmasones.
Monumento a José Martí, de Thelvia Martin Maderos Campus de la Universida para la paz. Costa Rica. (Tomada del diario La Nación) |
El apóstol Martí, estuvo dos veces en Costa Rica: la primera en el año de 1893, durante una semana en el mes de julio, en la ciudad de San José y más tarde, del 11 al 18 de junio de 1894, en el la provincia de Puntarenas.
La causa de la libertad de Cuba fue popular entre los
costarricenses más ilustres. En Costa Rica vivía para ese momento el “Titán de
bronce”, el general y también masón Antonio Maceo (con otros cubanos conocidos
y masones) exiliados después de la
Guerra de los Diez Años (1868-1878). Precisamente, Martí viaja a Costa Rica en
busca de ellos, para coordinar esfuerzos en la revolución que se preparaba,
García Monge al respecto nos dice: “Los hombres
cordiales de entonces, letrados y periodistas casi todos, lo recibieron con
entusiasmo”.[1]
En la carta que dirigió Martí a Pío Víquez, menciona el apóstol:
"...tierno
agradecimiento con que recordare siempre la bondad con que Costa Rica ha
premiado en mí, viajero humilde y silencioso, el amor y vigilancia con que los
americanos, unos en el origen, en la esperanza y en el peligro, hemos de
mantener a esta América nuestra, sorprendida en su cruenta gestación, en los
instantes en que por sus propias puertas muda de lugar el mundo..." Y
añade: "...no será Costa Rica, entre las naciones de América, la
que llegue tarde a la cita de los mundos, harto próxima para no disponerse a
ella, sin el desenvolvimiento y persona nacional indispensable para medirse en
salvo con el progreso invasor. Ya han caído los muros y el hombre ha echado a
andar. Quién no se junte a la cohorte le servirá de alfombra"[2]
Dijo Martí de Costa Rica en aquel
entonces: "De las gracias del mundo, Costa Rica es una".
"La cáscara aún la oprime, pero ya aquello es república."[3]
Es notorio que la presencia de José Martí en la revista "Repertorio Americano[4]" haya sido siempre de la mayor importancia. No existe volumen de todos los editados por García Monge que de él no se hable. Para García Monge, su devoción a José Martí lo hace afirmar que es un caso ejemplar escribiendo de él de esta manera:
Es notorio que la presencia de José Martí en la revista "Repertorio Americano[4]" haya sido siempre de la mayor importancia. No existe volumen de todos los editados por García Monge que de él no se hable. Para García Monge, su devoción a José Martí lo hace afirmar que es un caso ejemplar escribiendo de él de esta manera:
“He anhelado que América, la suya, arrime el oído al corazón de Martí y
coja su voz monitora. Martí, con Sarmiento, Bolívar, Hostos, es uno de los seis
o siete profetas y conductores de la América hispana[5]”.
Para 1914, en la Colección Ariel, revista
que antecede al Repertorio Americano y quién es dirigida por el ilustre
intelectual de la época y miembro de la Masonería el profesor Roberto Brenes
Mesen, se publica con el título de Versos, una selección del Ismaelillo de los
Versos Sencillos y Versos Libres, escogidos de los Vols. XI y XII de las Obras
de Martí.[6]
En 1892 llegará a la Provincia de
Guanacaste el general Antonio Maceo y otros legionarios cubanos, que venían de
Nicaragua: sus hermanos Tomás, José y Elizardo, Flor Cronbert, Juan Rojas,
Arcilio Guía y Pedro Pie.
Fue José Joaquín Rodríguez quien dio a
los emigrados una ayuda, y les propuso que se fundaran una colonia agrícola, la
cual va ser propulsada por Maceo. Más tarde esta fue llamada: “La Mansión”,
hoy en día poblado situado al sur de la
cabecera de la provincia, en la península de Nicoya, en un valle formado por
los cerros de Las Huacas, La Balsa, Los Leones y Jesús. El cual es regado por el rió Morote. Allí el gobierno costarricense de la
época realizó un contrato para respaldar la entrega de tierras a Antonio Maceo
conocido como: “El contrato No. VIII de 133 de mayo de 1891, sobre
la fundación de una colonia en el cantón de Nicoya”. Este se firmó entre
Joaquín Lizano, secretario de Estado en el despacho de Fomento y Antonio Maceo y
Grajales. Fue aprobado por el Congreso en Decreto No. LXXIV de 21 de diciembre
de 1891, y con las publicaciones hechas por el Poder Legislativo respectivas. En el mismo, Antonio Maceo
se comprometía a traer y establecer en el país cien familias cubanas que se
dedicaran al cultivo del tabaco, caña de azúcar, cacao, algodón y café, sin
perjuicio de fomentar otras industrias
que afectasen las ya existentes[7].
Maceo se comprometió además a desmontar y quemar
no menos de doscientas ni más de cuatrocientas hectáreas de las diez mil que se
les otorgó, también se comprometió a
construir habitaciones para los arrendatarios y dos edificios adecuados
para el depósito y elaboración de tabaco, talleres de herrería, de carpintería
y depósitos de instrumentos. Así enseñaría a los costarricenses que
quisieran el cultivo y beneficio de tabaco y el algodón.
Rafael Iglesias Castro presidente de la
época ayudó a los cubanos a instalar un
ingenio en " La Mansión" para que se produjese el azúcar en gran escala. Algunos meses después
ingresaron en Nicoya Tomas Carrillo, Manuel
Amaya, Federico Montero, Ángel Noguera y los hermanos Santiesteban. En este
grupo sobresalía doña María Cabrales la esposa de Maceo y cuya consciencia, de
patriotismo era admirable como bien lo manifestaba Martí : “María, es la más prudente y celosa guardiana que pudo dar su buena fortuna” (diciendole a Maceo) [8].
Luego llegaron al Guanacaste más
independentistas de apellido Moreno, Suárez, Pretel, Milanés, Batista y
Quesada. “La colmena se acrecentaba todos eran bien laboriosos en la empresa de
cultivar la tierra, se ocupaban de encender los hornos, para convertir la caña
en azúcar que rutila y en licor transparente, sus fatigas y afanes”[9].
Hay en el aire vivido, de la Mansión que evocan cosas
de Cuba, en la jornada de la independencia. Nos dice Jeniesta en su obra:
“Se repiten anécdotas
orladas de sangre de héroes. Mientras ayer los isleños sembraban caña, ideaban
el modo de darle libertad a su patria Cuba. Con sudor de libertadores
permanecen fecundizados aquellos acres costarricense el ingenio de azúcar, en
medio de la paz que ofrece el trabajo; y asimismo, en intensas rumias, vagaba
el pensamiento para las rutas de liberación”[10].
Antonio Maceo el “titán de bronce” y
compañeros se carteaban a menudo con José Martí, el apóstol. En escrito
dirigido a Serafín Sánchez, de regreso a Nueva York, —julio 25 de 1893—
declaraba Martí acerca del compromiso
de Maceo para con la causa independentista de la patria: “Antonio Maceo no le puso el menor obstáculo,
le llevo el mismo presidente de Costa Rica se libertó Maceo del contrato que lo
entrababa, y dejó ajustado con Martí su modo especial de ir” [11].
En este viaje Martí había logrado restablecer el contacto entre Máximo Gómez y Antonio Maceo.
En febrero de 1895, estalló la revolución
en Cuba. Los emigrados en Costa Rica y otras partes principiaron a retornar a
su isla. Martí remitió a Maceo seis mil pesos, para que se embarcara con sus
bravos, pues urgía su contingente. La isla estaba nuevamente en guerra. El
apóstol José Martí abandono todo; menos de la idea de subir al tren y mar para cumplir su destino.
Los ciudadanos residentes en Costa Rica
debían bajar a la costa caribeña. A Julio Lassús, cubano empleado con puesto importante
en la aduana de Puerto Limón, se le mandaron en tres cajas, veinticinco equipos
de armamento. De antemano Martí aconsejó a Maceo: "La tarea de Ud. por
allá (Costa Rica), fuera de tener bien escogido el puerto y los detalles de
llegada de la embarcación, será tener los hombres preparados, y sin salir del
trabajo hasta el instante último".[12]
Antonio Maceo y sus hermanos, Flor Cronbert, Valdez y Rodríguez se embarcaron
hacia Cuba y marcharon a encontrarse con su apoteosis.
El apóstol y el
titán de bronce junto con otros de los héroes de la isla de Cuba revivieron los
sentimientos del Patriotismo, Libertad y Fraternidad con las causas justas en
la región centroamericana. La presencia de estos hombres libres, crea la
necesidad de un crecimiento intelectual mas pujante entre la sociedad
centroamericana rumbo al siglo XX, sin duda alguna la sociedad Costarricense es la que más se beneficia de
la presencia de estos ilustres hombres de buenas costumbres, ya que aparecerán
pensadores como Roberto Brenes Mesen, Joaquín García Monge y Omar Dengo,
considerados padres de la educación costarricense, promotores del pensamiento martiano
en todas sus obras.
No está de más
mencionar que probablemente entre las noches de luna llena en La Mansión de
Nicoya en Costa Rica y Nueva York en Estados Unidos, se fue forjando y
planificando el levantamiento cubano de 1895, que siempre ha inspirado a los
libres pensadores de Nuestra América, a los políticos consientes e
intelectuales ilustres que trataron de definir en la encrucijada Centroamérica
del siglo XX, el retorno del espíritu patriota, el antiimperialismo, la unidad centroamericana y latinoamericana como
pilares fundamentales del pensamiento político y filosófico en nuestras
sociedades.
A los 160 años del Natalicio del Apóstol y
gracias a todos sus discípulos se van concretando y forjando proyectos como el
que soñó y plasmo con su pluma, cargados de amor por la patria, de unidad e
integración bolivariana y martiana. Bien lo dijo Marti: “…se echaron a levantar
pueblos, los venezolanos por el norte y los argentinos por el sur…”[13],
y a 160 años de su natalicio hemos sido testigos de la clausura de la segunda
cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) que es y será el
tronco de nuestras republicas.
*(Este es un Fragmento del texto completo elaborado para el Curso Pensamiento Centroamericano, siglo XIX-XX, del Centro de Estudios Latinoamericanos (CESLA-UW) y el Cemtrum Otwartej i multimedia Edukacji,(Come) Universidad de Varsovia, Polonia)
[4] Revista repertorio Americano significó un importante foro de discusión
para la intelectualidad latinoamericana del período. Su editor consideraba al
periodismo como promoción de ideas e ideales democráticos para el bien común.
Así, Repertorio Americano construyó una comunidad internacional que profesaba
el Americanismo. Dentro de su orientación ideológica se encontraba el
republicanismo, el antifascismo y el pacifismo …“y a ella ha de acudirse
cuando se trata no sólo de hallar los términos propios para una historia de la
cultura de América contemporánea, sino cuando se quiera subrayar el
conocimiento de las grandes figuras de nuestro continente”
(Arias,1940: 87, Repertorio Americano)
[7] Jiniesta
Carlos.1933. “José Martí en Costa Rica” edición Librería Alsina Costa Rica. En http://www.consulcubacr.com/TEXTOSMARTIANOSCOSTARRICENSES.pdf.
Consultado (11-10-2012)
[10] Jiniesta
Carlos.1933. “José Martí en Costa Rica” edición Librería Alsina Costa Rica. En http://www.consulcubacr.com/TEXTOSMARTIANOSCOSTARRICENSES.pdf.
Consultado (11-10-2012)
[13] Marti José.
1891. “Nuestra América”. En Chase Alfonso. 1998. Cuadernos del Centro. Centro
de Estudios Generales. Universidad Nacional. Costa Rica. 71 p.
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