lunes, 28 de enero de 2013

JOSÉ MARTÍ EN COSTA RICA (A 160 AÑOS DE SU NATALICIO)


De las Noches de Luna Nicoyana y New Yorkinas para entrar por Baracoa: Apóstol Martí a 160 años de su natalicio. Las enseñanzas patrióticas, libertarias y fraternales siempre caminan por Nuestra América*.

Por. Óscar Barboza Lizano
Latinoamericanista
Pensamiento Centroamericano 
COME-UW. 

La  Guerra por la Independencia de Cuba inmortalizó a dos pensadores que van ha marcar no solo la historia de Cuba sino, la de toda América Latina, estos fueron José Martí y Antonio Maceo. Como era característico de los intelectuales liberales de finales del siglo XIX, estos pertenecían a la fraternidad universal que se encontraban en toda la América Latina. Las mismas promovían los ideales de fraternidad, igualdad y libertad, los cuales serán los derroteros del pensamiento que inspiró a estos dos cubanos, miembros de la Orden de Francmasones.
Monumento a José Martí, de Thelvia Martin Maderos  Campus de la Universida para la paz
 Costa Rica. (Tomada del diario La Nación)

El apóstol Martí, estuvo dos veces en Costa Rica: la primera en el año de 1893, durante una semana en el mes de julio, en la ciudad de San José y  más tarde, del 11 al 18 de junio de 1894, en el la provincia de Puntarenas.
La causa de la libertad de Cuba fue popular entre los costarricenses más ilustres. En Costa Rica vivía para ese momento el “Titán de bronce”, el general y también masón Antonio Maceo (con otros cubanos   conocidos y masones)  exiliados después de la Guerra de los Diez Años (1868-1878). Precisamente, Martí viaja a Costa Rica en busca de ellos, para coordinar esfuerzos en la revolución que se preparaba, García Monge al respecto nos dice: “Los  hombres cordiales de entonces, letrados y periodistas casi todos, lo recibieron con entusiasmo”.[1]

En la carta que dirigió Martí  a Pío Víquez, menciona el apóstol:

"...tierno agradecimiento con que recordare siempre la bondad con que Costa Rica ha premiado en mí, viajero humilde y silencioso, el amor y vigilancia con que los americanos, unos en el origen, en la esperanza y en el peligro, hemos de mantener a esta América nuestra, sorprendida en su cruenta gestación, en los instantes en que por sus propias puertas muda de lugar el mundo..." Y añade: "...no será Costa Rica, entre las naciones de América, la que llegue tarde a la cita de los mundos, harto próxima para no disponerse a ella, sin el desenvolvimiento y persona nacional indispensable para medirse en salvo con el progreso invasor. Ya han caído los muros y el hombre ha echado a andar. Quién no se junte a la cohorte le servirá de alfombra"[2]

Dijo Martí de Costa Rica en aquel entonces: "De las gracias del mundo, Costa Rica es una". "La cáscara aún la oprime, pero ya aquello es república."[3] 

Es notorio que la presencia de José Martí en la revista "Repertorio Americano[4]" haya sido siempre de la mayor importancia. No existe volumen de todos los editados por García Monge que de él no se hable. Para García Monge, su  devoción a José Martí lo hace afirmar que es un caso ejemplar escribiendo de él de esta manera:

He anhelado que América, la suya, arrime el oído al corazón de Martí y coja su voz monitora. Martí, con Sarmiento, Bolívar, Hostos, es uno de los seis o siete profetas y conductores de la América hispana[5].

Para 1914, en la Colección Ariel, revista que antecede al Repertorio Americano y quién es dirigida por el ilustre intelectual de la época y miembro de la Masonería el profesor Roberto Brenes Mesen, se publica con el título de Versos, una selección del Ismaelillo de los Versos Sencillos y Versos Libres, escogidos de los Vols. XI y XII de las Obras de Martí.[6]

En 1892 llegará a la Provincia de Guanacaste el general Antonio Maceo y otros legionarios cubanos, que venían de Nicaragua: sus hermanos Tomás, José y Elizardo, Flor Cronbert, Juan Rojas, Arcilio Guía y Pedro Pie.

Fue José Joaquín Rodríguez quien dio a los emigrados una ayuda, y les propuso que se fundaran una colonia agrícola, la cual va ser propulsada por Maceo. Más tarde esta fue llamada: “La Mansión”, hoy en día poblado situado al sur de la cabecera de la provincia, en la península de Nicoya, en un valle formado por los cerros de Las Huacas, La Balsa, Los Leones y Jesús. El cual es  regado por el rió Morote. Allí el gobierno costarricense de la época realizó un contrato para respaldar la entrega de tierras a Antonio Maceo conocido como: “El contrato No. VIII de 133 de mayo de 1891,  sobre  la fundación de una colonia en el cantón de Nicoya”. Este se firmó entre Joaquín Lizano, secretario de Estado en el despacho de Fomento y Antonio Maceo y Grajales. Fue aprobado por el Congreso en Decreto No. LXXIV de 21 de diciembre de 1891, y con las publicaciones hechas por el Poder Legislativo respectivas. En el mismo, Antonio Maceo se comprometía a traer y establecer en el país cien familias cubanas que se dedicaran al cultivo del tabaco, caña de azúcar, cacao, algodón y café, sin perjuicio de fomentar  otras industrias que afectasen las ya existentes[7].

Maceo se comprometió además a desmontar y quemar no menos de doscientas ni más de cuatrocientas hectáreas de las diez mil que se les otorgó, también se comprometió a  construir habitaciones para los arrendatarios y dos edificios adecuados para el depósito y elaboración de tabaco, talleres de herrería, de carpintería y depósitos de instrumentos. Así enseñaría a los costarricenses que quisieran el cultivo y beneficio de tabaco y el algodón.

Rafael Iglesias Castro presidente de la época ayudó a los cubanos a instalar  un ingenio en " La Mansión" para que se  produjese el  azúcar en gran escala. Algunos meses después ingresaron en Nicoya Tomas Carrillo, Manuel Amaya, Federico Montero, Ángel Noguera y los hermanos Santiesteban. En este grupo sobresalía doña María Cabrales la esposa de Maceo y cuya consciencia, de patriotismo era admirable como bien lo manifestaba Martí : “María, es la más prudente y celosa guardiana que pudo dar su buena fortuna” (diciendole a Maceo) [8].

Luego llegaron al Guanacaste más independentistas de apellido Moreno, Suárez, Pretel, Milanés, Batista y Quesada. “La colmena se acrecentaba todos eran bien laboriosos en la empresa de cultivar la tierra, se ocupaban de encender los hornos, para convertir la caña en azúcar que rutila y en licor transparente, sus fatigas y afanes”[9]. Hay  en el aire vivido, de la Mansión que evocan cosas de Cuba, en la jornada de la independencia. Nos dice Jeniesta en su obra:

“Se repiten anécdotas orladas de sangre de héroes. Mientras ayer los isleños sembraban caña, ideaban el modo de darle libertad a su patria Cuba. Con sudor de libertadores permanecen fecundizados aquellos acres costarricense el ingenio de azúcar, en medio de la paz que ofrece el trabajo; y asimismo, en intensas rumias, vagaba el pensamiento para las rutas de liberación”[10].

Antonio Maceo el “titán de bronce” y compañeros se carteaban a menudo con José Martí, el apóstol. En escrito dirigido a Serafín Sánchez, de regreso a Nueva York, —julio 25 de 1893— declaraba  Martí acerca del compromiso de Maceo para con la causa independentista de la patria:  “Antonio Maceo no le puso el menor obstáculo, le llevo el mismo presidente de Costa Rica se libertó Maceo del contrato que lo entrababa, y dejó ajustado con Martí su modo especial de ir” [11]. En este viaje Martí había logrado restablecer el contacto entre  Máximo Gómez y Antonio Maceo.

En febrero de 1895, estalló la revolución en Cuba. Los emigrados en Costa Rica y otras partes principiaron a retornar a su isla. Martí remitió a Maceo seis mil pesos, para que se embarcara con sus bravos, pues urgía su contingente. La isla estaba nuevamente en guerra. El apóstol José Martí abandono todo; menos de la idea de subir al tren y mar para cumplir su destino.

Los ciudadanos residentes en Costa Rica debían bajar a la costa caribeña. A Julio Lassús, cubano empleado con puesto importante en la aduana de Puerto Limón, se le mandaron en tres cajas, veinticinco equipos de armamento. De antemano Martí aconsejó a Maceo: "La tarea de Ud. por allá (Costa Rica), fuera de tener bien escogido el puerto y los detalles de llegada de la embarcación, será tener los hombres preparados, y sin salir del trabajo hasta el instante último".[12] Antonio Maceo y sus hermanos, Flor Cronbert, Valdez y Rodríguez se embarcaron hacia Cuba y marcharon a encontrarse con su apoteosis.
El apóstol y el titán de bronce junto con otros de los héroes de la isla de Cuba revivieron los sentimientos del Patriotismo, Libertad y Fraternidad con las causas justas en la región centroamericana. La presencia de estos hombres libres, crea la necesidad de un crecimiento intelectual mas pujante entre la sociedad centroamericana rumbo al siglo XX, sin duda alguna la sociedad  Costarricense es la que más se beneficia de la presencia de estos ilustres hombres de buenas costumbres, ya que aparecerán pensadores como Roberto Brenes Mesen, Joaquín García Monge y Omar Dengo, considerados padres de la educación costarricense, promotores del pensamiento martiano en todas sus obras.
No está de más mencionar que probablemente entre las noches de luna llena en La Mansión de Nicoya en Costa Rica y Nueva York en Estados Unidos, se fue forjando y planificando el levantamiento cubano de 1895, que siempre ha inspirado a los libres pensadores de Nuestra América, a los políticos consientes e intelectuales ilustres que trataron de definir en la encrucijada Centroamérica del siglo XX, el retorno del espíritu patriota, el antiimperialismo, la unidad  centroamericana y latinoamericana como pilares fundamentales del pensamiento político y filosófico en nuestras sociedades.
 
A los 160 años del Natalicio del Apóstol y gracias a todos sus discípulos se van concretando y forjando proyectos como el que soñó y plasmo con su pluma, cargados de amor por la patria, de unidad e integración bolivariana y martiana. Bien lo dijo Marti: “…se echaron a levantar pueblos, los venezolanos por el norte y los argentinos por el sur…”[13], y a 160 años de su natalicio hemos sido testigos de la clausura de la segunda cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) que es y será el tronco de nuestras republicas. 

 

*(Este es un Fragmento del texto completo elaborado para el Curso Pensamiento Centroamericano, siglo XIX-XX, del Centro de Estudios Latinoamericanos (CESLA-UW) y el Cemtrum Otwartej i multimedia Edukacji,(Come) Universidad de Varsovia, Polonia)

[1] Monge Joaquín. 1942. José Martí en Costa Rica" Repertorio Americano. 39 (7): 97,98. Costa Rica
[2] idem
[3] Monge Joaquín. 1942. José Martí en Costa Rica" Repertorio Americano. 39 (7): 97,98. Costa Rica
[4] Revista repertorio Americano significó un importante foro de discusión para la intelectualidad latinoamericana del período. Su editor consideraba al periodismo como promoción de ideas e ideales democráticos para el bien común. Así, Repertorio Americano construyó una comunidad internacional que profesaba el Americanismo. Dentro de su orientación ideológica se encontraba el republicanismo, el antifascismo y el pacifismo …“y a ella ha de acudirse cuando se trata no sólo de hallar los términos propios para una historia de la cultura de América contemporánea, sino cuando se quiera subrayar el conocimiento de las grandes figuras de nuestro continente
 (Arias,1940: 87, Repertorio Americano)
[5] Monge Joaquín. 1942. José Martí en Costa Rica" Repertorio Americano. 39 (7): 97,98. Costa Rica
[6] idem
[7] Jiniesta Carlos.1933. “José Martí en Costa Rica” edición Librería Alsina Costa Rica. En http://www.consulcubacr.com/TEXTOSMARTIANOSCOSTARRICENSES.pdf. Consultado (11-10-2012)
[8] idem
[9] Monge Joaquín. 1942. José Martí en Costa Rica" Repertorio Americano. 39 (7): 97,98. Costa Rica
[10] Jiniesta Carlos.1933. “José Martí en Costa Rica” edición Librería Alsina Costa Rica. En http://www.consulcubacr.com/TEXTOSMARTIANOSCOSTARRICENSES.pdf. Consultado (11-10-2012)
[11] Monge Joaquín. 1942. José Martí en Costa Rica" Repertorio Americano. 39 (7): 97,98. Costa Rica
[12] Ídem

[13] Marti José. 1891. “Nuestra América”. En Chase Alfonso. 1998. Cuadernos del Centro. Centro de Estudios Generales. Universidad Nacional. Costa Rica. 71 p.

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