miércoles, 30 de mayo de 2012

"Crónica de viaje en bicicleta", capítulo 4., (27 de marzo, de Soroa a San Cristóbal)

por: Wojciech Osiski y Oscar Barboza

Fot.1. Criando un puerquito (K.D.)
Esta vez los buenos días, en vez de los gallos, nos dio un cerdo. Enojado tal vez, llamando al dueño que le dieran de comer. Pudimos verificar, en distintos lugares durante el viaje, que la situación económica obligó a los cubanos a criar animales en las casas, aprovechando una parte de los patios para organizar un corral. Así que en una ciudad como Jaguey  Grande, San Antonio de los Baños o la Habana nos podemos encontrar en las casas con criaderos de puerquitos, gallinas, .. (legales o ilegales)

El simpático ruido del cochinito rápidamente fue sustituido por el más reciente, pero no oficial, símbolo de Cuba, el reggaeton. O tal vez reggueton, regueton o reggeton, porque parece que nadie sabe exactamente cual es el correcto deletreo. En las tiendas de venta de música, pudimos ver diferentes modos de escribir esta palabra, en discos ofrecidos (por supuesto como copyleft) por un precio muy atractivo - 1 CUC. El producto siempre hecho al instante, en el momento de la compra.
Pero regresemos a Soroa. Alrededor de las nueve de la mañana este nuevo ritmo empezó a escucharse alrededor y así nos acompaño durante todo el día, aunque parecía que no a todos los habitantes les agradaba y resultó que la fuente de este es un centro militar de veraneo.
Así entre aves silvestres  y animales domésticos se escuchaba a  Wisin i Yandell  que cantaba “Hoy es noche de sexo”,  http://www.youtube.com/watch?v=mQi672Mqwe0 …, al mismo tiempo parte de nuestro grupo fue a visitar la escuela rural primaria, la cual se encontraba en el edificio de una antigua iglesia. En esta escuela estudian alrededor de 20 niños de una edad entre 7 y 12 años.
Fot. 2. La escuela rural de Soroa (M.Swietlik)
Como son tan pocos, las clases son unidas y en una aula estudian niños de dos grados, primero con segundo, tercero con cuarto y quinto con sexto. Tuvimos la suerte y el honor de asistir a la clase de matemática con 6 niños y dos maestras. Una de ellas con una voz que parecía el canto de un pastor verificaba el conocimiento de los alumnos de la tabla de multiplicación y para los niños del primer grado de sumar. La rapidez con la cual hacía las preguntas nos sorprendió inmensamente (siete mas nueve?, seis más doce? ocho por ocho? ... ) y el tiempo de responder también parecía no existir. 

Fot. 3. Clase de matemática (M. Swietlik)
Lo que llamó nuestra atención es que los niños no gritaban uno por otro, si no rápidamente encontraban la respuesta en su cuaderno y levantando la página adecuada le enseñaban la respuesta a la maestra. Orgullosos de dar la respuesta correcta. Nosotros nos quedamos con la pregunta sin respuesta y la duda: ¿como estos niños hacían para responder  tan rápido las preguntas de la maestra?

Fot.4. El patio de la escuela (M.S.)
La escuela tuvo también un jardín con varios columpios y bancos hechos por los padres y maestros conjuntamente. Estos últimos dan clases en otras escuelas en los alrededores. Arianna, una preciosa maestra de informática, nos contó como varias veces para poder llegar a tiempo a otra escuela, localizada en las montañas, tuvo que cruzar ríos llenos de agua y que alguna de las veces terminó bañándose en ellos y llegando totalmente mojada a clases.

Al finalizar nuestra visita  entregamos a los niños algunos regalos que les pudieran ayudar a estudiar - cuadernos para dibujar y escribir, lápices, colores y otros. Arianna nos regalo el fruto de chirimoya, que resultó ser el mejor del mundo.


El resto del grupo, que no fue a la escuela, también pudo realizar las tareas investigativas. Los dueños de la casa particular "Doña Dunia" nos facilitaron el encuentro con los habitantes del pueblo. Tuvimos la posibilidad de hablar con mujeres que representaban distintas generaciones y puntos de vista sobre la vida cotidiana y familiar en Cuba.

Fot. 5. Casa en Soroa con su capilla a la derecha (Z.Malanowska)
Lo que nos llamó la atención en el camino desde Soroa a Pinar del Río era la cantidad de pequeñas capillas construidas delante o a un lado de las casas. Hasta finales de los 90, este tipo de construcciones sagradas no se veía, hoy son bastante comunes, gracias a la visita de Juan Pablo II (como nos informaron nuestros interlocutores), que ayudo a que renacieran estos altares y permitiéndose  su construcción. 
Un polaco pudiera imaginarse que la figura en la capilla la cual es objeto de culto será la Santa Virgen, sin embargo es San Lázaro o Santa Bárbara, claro, si se aprecian los detalles se manifiesta un sincretismo religioso profundo, practica típica cubana  ya que estos dos santos son conocidos por todos los cubanos como: Babalu-aye y Shango respectivamente, ambos Orishas de la religión Yoruba, por lo tanto, en  cada capillita se observan las ofrendas  de tabaco, manzanas y ron, costumbres y tradición de la santería en la isla.

Fot. 6. Cascadas de Soroa (O.Barboza)
Por la tarde, después de hacer las entrevistas pudimos dedicarnos a un poco de turismo y admirar la famosa cascada de Soroa,  darnos un baño en sus cristalinas aguas y hasta penetrar a la profundidad de una roca que simulaba  el vientre de una madre, llena de agua. Por lo que  al salir al otro extremo de la caverna da  la sensación del nacimiento simbólicamente desde el vientre de la madre tierra. Esto es una experiencia inexplicable, que todos los que puedan ir  a este santuario natural deben vivir. Después de este renacimiento visitamos el orquideario, el cual estaba repleto de turistas alemanes.






Fot.7, 8 y 9. Las orquídeas de Soroa (W.Doroszewicz)

El mismo jardín de orquídeas se mantiene impecable con muchos detalles botánicos y jardines hermosos, posee unas 800 especies y es uno de los pocos de este tipo en el Caribe. De la parte más alta se puede admirar un fabuloso paisaje de la Sierra del Rosario y la cantidad de árboles da la oportunidad de descansar y esconderse de los rallos del sol.

Después de esta breve excursión, nos despedimos de nuestros anfitriones,  que recordaremos siempre  con ese  amor fraternal que caracteriza una familia de un Hermano Masón. La despedida estuvo cargada de una energía asombrosa casi como si se realizara una ceremonia y plegarias para que el Gran Arquitecto del Universo, Santos, Orishas y elementales de Soroa nos acompañaran en nuestra aventura. Así  seguimos el camino hacia rumbo a San Cristóbal, ....

Fot. 10. Saliendo de Casa Duña

concientes que nuestro viaje no durará mucho, ya que faltaban un par de horas para el anochecer. Empezamos por una bajada bastante larga y muy inclinada y Kasia fue la primera en verificar que tener una gorra en la cabeza en momentos como este puede provocar problemas. Sin embargo la caída que parecía muy grave no provocó mucho retardo y casi en seguida pudimos seguir, ya  con mucho más respeto  y controlando la velocidad  en estas pendientes y curvas sinuosas. El accidente tuvo lugar en una curva, a la entrada del pueblo La Curva y una casa particular y restaurante del mismo nombre.
Fot.  11. El sitio de nuestro primer y último accidente (K.D.)

Después de dejar atrás la Sierra del Rosario,  admirando la basta llanura y la mítica cadena montañosa, nos dimos cuenta de lo que logramos, y que nunca estuvo en los planes originales. Nos sentimos orgullosos de si mismos - al menos alguno de nosotros - porque aguantamos las cuestas arriba.

Fot. 12. Sierra del Rosario (W. Doroszewicz)
En el camino a San Cristóbal pudimos ver las primeras plantaciones de tabaco y forestales  - lo que nos sorprendió bastante. Tuvimos la oportunidad, antes del anochecer pasar por uno de los lugares históricos de las guerras de independencia de Cuba - Batalla de Paso Real del año 1896.

Fot.13. Lugar de memoria a los heroes de las guerras de independencia (K.D.)
 En comparación con el monumento a los soldados soviéticos caídos que se encuentra entre la Habana y San Antonio de los Baños, el lugar de memoria de la batalla de independencia en la cual participó uno de los más grandes héroes de Cuba – el General y  Hermano Masón  Antonio Maceo – pero nos sorprendió las asimetrías entre los monumentos, ya que este era mucho más austero y menos cuidado.

A San Cristóbal llegamos por la noche, y aunque tuvimos muchos problemas con encontrar alojamiento al final una de las casas particulares nos lo brindó, pero con la condición que debíamos abandonar las habitaciones  al amanecer y salir por un camino sin que los vecinos detectarán que esa noche habían permutado tres polacas, dos  polacos y un tico.

Al poco tiempo, nos percatamos que las dos habitaciones cumplían con la decoración, una vez más, de un sitio para encuentros de parejas, y  que solo podía alquilarse a ciudadanos nacionales.  Allí compartimos con el dueño, mientras uno de nuestros investigadores saboreaba su primer habano cubano,  con un buen ron, el dueño observa detenidamente, y exclamo al ofrecimiento de uno de los cigarros , “No, yo no fumo, solo los leo…”,  pero por más que intentamos nos dijera que leyó en el habano no quiso contestar… Así terminamos una jornada llena de sorpresas, magia, accidentes, flora exuberante, familia amorosa, hermosas maestras y baños en las aguas puras de Soroa… 


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