Por. W.Doroszewicz, K. Dembicz, W. Osiński.
La casa particular en Guanajay era algo excepcional. Parecía un poco una
casa de citas (de encuentros de enamorados). Probablemente esta sensación se
daba por la cantidad de espejos en los cuartos donde dormíamos. Tal situación
no es nada raro en un país con déficit de vivienda, donde es muy común que los
hijos vivan en la misma casa (apartamento) con los padres o abuelos. No se si
la cantidad de divorcios por un lado, es consecuencia de esta realidad. Donde
para cultivar el amor o tan sólo pasar con su pareja unos agradables ratos hay
que alquilar un cuarto por horas y pagar un cuarto del sueldo cubano.
Foto 1. Patio y fuentes patio de Guanajay (autor. Z.Malanowska) |
El patio muy agradable, con matas de mango y una fuente iluminada, cuya agua
arrullaba nuestro sueño. Esta fuente estaba rodeada por una
Tumbergia celeste y floreciente.
Los dueños de la casa, unos cubanos católicos, partidarios del cultivo de
vida familiar nos contaron bastante de las nuevas religiones en la ciudad. Lo
cual pudimos verificar la noche anterior en la plaza donde conocimos a
bautistas y días siguientes a otros pertenecientes a religiones protestantes que en Cuba
generalmente se denominan como cristianos.
Aparte de esta actividad que le daba sustento a la familia, el dueño de la
casa particular nos contó que su sueño era conseguir un buen pedazo de tierra
(en renta del estado) que pudiera cultivar. Estas nuevas posibilidades empiezan
a ser aprovechadas en Cuba y la cantidad de pequeñas fincas por el camino
comprobaba esta situación.
Además ellos nos afirmaron que su posición económica y su estilo de vida con un poder adquisitivo mayor, se debía a las remesas que familiares le enviaban desde el extranjero tal situación lo llevo incluso a dejar de trabajar, vivir de su propio negocio y de las remesas. Además nos afirmó que incluso la
propiedad del hostal ya estaba a su
nombre. Su esposa comenta que ahora no hay problemas de lo que hagas, digas o
vivas con el gobierno como en el pasado,
ahora es “la envidia” de sus coterráneos de la que “más hay que cuidarse”,
menciona que por ejemplo ellos tienen problemas porque su hijo tiene celular y
lo lleva a la escuela esto “provoca celos en los otros compañeros y sus familias”.
De Guanajay nos dirigimos a Soroa un espacio mágico en medio de la Sierra
del Rosario pero antes de llegar a tan magnifico lugar, tuvimos que pasar por
una de las rutas más difíciles que
encontramos. Menos mal que fue al inicio, cuando aun teníamos fuerzas y ánimo!
Las pendientes que subimos no eran
tan verticales pero su longitud y
cantidad en menos de 30 km de trayecto hicieron
que al decender fuese uno de los mejores
momentos.
Fot. 2. subiendo hasta Sierra del Rosario (autor: Z. Malanowska) |
Este trayecto simbólicamente nos llevo a realizar una
introspección de cada uno con si mismo. Nuestros bolsos parecían las piedras de
Sísifo, sólo que el la empujaba y nosotros las teníamos que jalar. La carretera
con muchas curvas, donde cada una de ellas
nos escondía detrás una nueva sorpresa - una nueva pendiente hacia arriba. Al final nos rendimos y bajamos de
las bicicletas, caminamos para dejar descansar nuestras rodillas que tenían que
soportar aun muchos kilómetros.
Fot. 3. Subiendo la Sierra del Rosario (autor: M. Świetlik) |
Sin embargo valió la pena hacer este esfuerzo. La vegetación que nos
rodeaba, los paisajes y al final los nuevos amigos en Soroa recompensaron todo.
Fue allí en la Sierra Rosario por donde hace más de 30 años el Prof. Andrés
Dembicz realizaba sus trabajos de campo con los estudiantes de la Universidad
de la Habana y donde realizó su primer documental para la Televisión Polaca - hoy se le ha declarado como reserva de
biosfera cuya magia y belleza
atrapo la atención de todos nosotros.
Fot. 4. Entrada a la reserva de la Biosfera (autor: O. Barboza) |
Esta reserva natural de la humanidad fue declarada así en el año de
1984, protege un ambiente altamente
diversificado que cubre un área de alrededor de 26 mil hectáreas, en la cual
podemos admirar parte del bosque
tropical húmedo, algunas especies de
bosques caudicifolios (pierden las hojas durante la estación seca)
y finalmente los bosque compuestos de coníferas con especies endémicas como: Pinus tropicalis y Pinus
caribaea.
Fot. 7. Bosuqe de pinos (autor: W.Doroszewicz) |
Foto 8. Palma Real (autor: W. Doroszewicz) |
Los bosques de esta zona manifiestan un particular paisaje y que es a
su vez el paisaje dominante cubano. los paisajes presentan la majestuosa Palma Real (Roystonea regia) – uno de los principales símbolos nacionales de Cuba, presente en el Escudo de la Nación
cubana.Otros símbolos nacionales que pudimos aobservar en el trayecto son
la Flor Nacional: llamada Mariposa y el Ave Nacional llamado Tocororo. Sin duda la gran diversidad de especies y alto nivel de endemismo se da a conocer
en cada observación, por ejemplo la
orquídea Bletia purpurea una de las que más llamo nuestro interés, a pesar que su tamaño y color que no son tan llamativos.
Fot. 8. Bletia purpurea (autor: W.D. |
Las Terrazas sirvieron de lugar de descanso. El paisaje,una buena comida
y una cerveza fría nos hicieron renacer,
aunque algunos necesitaron un baño. Esta aldea ecológica, localizada en el mero
centro de la reserva, fue una de las
primeras de este tipo en el mundo. Desde aquí empezó la recuperación de los
bosques.
A Soroa llegamos al anochecer. Nos
encontramos de pronto al decender las pendientes con la casa particular
"Doña Dunia" en la cual nos alojamos, disfrutando de la cocina casera
y la vida en comuna - gracias a que por primera vez en este viaje dormimos juntos
- los siete - en un cuarto. Pero donde, si no, es en Cuba, que mejor se vive en
comuna? Lo que si nos llamó la atención fue la cena servida por los
propietarios, que nos desubicó totalmente, ya que no parecíamos encontrarnos en
una país con la reglamentación de alimentos. Pero esto supuestamente es gracias a
la posesión de cultivos propios y también animales domésticos como aves,
puercos...
Fot. 9. Complejo de ocio en Las Terrazas (autor. M. Świetlik |
Por último algunos probaron un buen guaro traído desde Costa Rica, el cual se mezcló con un jugo de guayaba cubano bien frío para ya irnos a descansar de la larga jornada…
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